El rollo escondido en la guarida de los sabuesos

El rollo escondido en la guarida de los sabuesos

 Esta mañana nuestros amigos han decidido ir a la guarida de los sabuesos. Tras observar el plano detenidamente se han dado cuenta de que cave canem II debe de estar en el monte, quizá en la casa de los sabuesos.

Leo tiene miedo, porque ha escuchado muchas veces la pelea que tuvieron su abuelo y el de Timo.

Audio 7. La pelea entre los sabuesos y los gatos

De pronto, un ladrido ronco nos asustó y los cuatro nos subimos a toda velocidad al árbol más cercano.

Cuando nos tranquilizamos un poco, sintiéndonos a salvo, preguntó Manuel:

—¿Es el abuelo?

—Sí, seguramente es él. No creo que nos haya visto; estará durmiendo. Sueña, ronca y ladra.

Dimos la vuelta y nos situamos por encima. Entre unos matorrales estaba la otra entrada.

 

Ahí conocen a Currita, la hermana de Timo y buena amiga de Clarita. Se acercan al riachuelo. Leo husmea el terreno y mete las patas en una charca. Ya sabes lo poco que les gusta mojarse a los gatos. ¡Pobre Leo!

Ilustración de Jesús Delgado

 

Pronto Leo se da cuenta de que falta Manuel y lo que es peor que se había metido en la guarida de los sabuesos.

Nada, silencio total. Ni «¡,,,í!, ¡…í!,¡…í!» ni nada de nada. Ahora tendría que entrar a rescatarle. Un frío atroz me hizo temblar y mi espalda se arqueó. Entré por las rocas y aquello estaba húmedo y resbaladizo. No me estaba gustando nada el asunto.

—¿Dónde estás?

Un eco me devolvía mi voz temblorosa y su vocecilla lejana. Seguí haciéndome el valiente y mojándome las patas en aquel barro inmundo. Al final de aquel corredor lo encontré.

— Mira esto —me dijo—, señalando algo en el suelo.

—Salgamos rápidamente porque estamos en la casa de los sabuesos —le dije con una voz bajita.

—Nada de eso, Leo, ahora no nos podemos ir.

Estábamos en el patio de atrás, justo en el lado contrario de la puerta que vigila el abuelo. Era una construcción antigua; había sido una vaquería pero ahora solo vivían los sabuesos. El suelo era de tierra y la pared de cal. Manuel había descubierto una pintura con el letrero que ponía: cave canem. Estaba muy contento con el hallazgo.

Allí descubren el primer rollo: una carta que van a leer con dificultad porque faltan algunas palabras.  

 

El lenguaje se les hace un poco extraño. Más tarde se enterarán de que esta y otras cartas tienen muchos años, más de ochenta. Por eso están escritas con un estilo antiguo.

—¿De qué habla? —preguntó Clara.

Ninguno nos atrevimos a responder. Hablaba de una caja, pero ¿sería eso el tesoro? ¿Quién era el que escribía aquello?

—Oye, Manuel, ¿qué es eso de hermano en el Señor?, ¿tú lo entiendes?

—Pues sí, claro, son dos hermanos como tú y Clara o como yo y Lucía. En el Señor… no sé, pero son hermanos.

— ¿Y eso de que transmi… ?

—Eso no lo entiendo. Será transportar, no, no, es con eme, será transmitir. Sí, eso tiene que ser, transmitir.

—¿Y el P. bibliotecario? —preguntó Clara.

—Sí lo sabemos, porque nosotros vamos a una biblioteca para recoger libros. Debe ser el jefe de la Biblioteca —contestó Manuel.

—Dice que la caja estará guardada en su cuarto, pero ¿qué cuarto será?

—Ya hemos dicho que son dos hermanos y uno le da un encargo al otro para el jefe de la Biblioteca.

—¡Hurra! ¡Hurra! ¡Lo hemos descifrado!

Ahora te toca a ti:

Leo pregunta:

¿Qué es eso de hermano en el Señor?

¿Qué le responderías?

Pista: Busca en el capítulo 11

 

 

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *