Presentación del cuento
Escribir el cuento Araitz, Ixone y Unai en el parque de los patos ha sido para mí una experiencia emocionante y es una satisfacción que salga a la luz.
En él son protagonistas Araitz, Ixone y Unai y el perrito Timo. He querido destacar la facilidad con que se hacen amigos los niños y Timo en el parque, sin palabras, con gestos, con sonrisas, con caricias. Al encontrarse, rápidamente empiezan a jugar. No ocurre lo mismo con otro niño que no comprende que los pequeños no pueden responder a sus preguntas y se marcha de su lado. Con Timo, sin embargo, no hacen falta las palabras para jugar.
No hacen falta las palabras para que los pequeños protagonistas capten de manera intuitiva la situación de peligro que tiene el niño que no ha querido jugar con ellos y no dudan en ir a ayudarle. Con ello he querido destacar la capacidad empática que tienen los niños poniéndose en el lugar del otro y ayudándole como pueden. Los niños son capaces de sentir más de lo que pueden formular en palabras. Por eso la pequeña trama del cuento termina bien y el niño que no había querido jugar se hace amigo de Araitz, Ixone y Unai. Visualiza de este modo la riqueza espiritual de los niños.
Pienso que los cuentos además de entretener al niño deben favorecer una mirada compasiva, en el mejor sentido del término, es decir, de sentir con, de ponernos en el lugar del otro. Ese sentir con nos hace más humanos y provoca una sim-patía, una participación en el sentimiento del otro, que se hace compartido.
El cuento invita a una reflexión, porque todos tenemos dificultades y sufrimos incomprensiones en nuestro vivir, como le ocurre a Timo o a los protagonistas. El perrito quiere jugar con los pájaros cuando se despierta por la mañana, pero los gorriones vuelan alto y Timo no puede seguirles.
No es mi deseo explicar desde fuera lo que el cuento presenta. Es una narración sencilla dirigida a niños de 3 o 4 años como Unai, que también pueden disfrutar niños más mayores ya lectores, en castellano, en euskera o en inglés. Mi deseo es que los niños que lo escuchen o lo lean sientan esa situación, se contagien del sentimiento y lo vivan con los protagonistas.