Jugando delante de Puppi es un cuento infantil, en el que Araitz, Ixone y Unai son los protagonistas, junto con su amigo Timo, un perrito. Juegan con él delante de Puppi, en la explanada del Guggenheim. Al verlos se suma al juego, Amin, un niño que acompaña a su padre, vendedor ambulante de paraguas. Araitz, Ixone y Unai están enfermos y su enfermedad les ha hecho ir olvidando las palabras, pero jugando se entienden estupendamente con gestos y con sonrisas.
Todo va muy bien hasta que una señora, sacando fotos a la escultura de Puppi, se da cuenta de que ha perdido la cartera. Inmediatamente acusa a Amin de haberla robado y quiere llamar al guarda de seguridad del museo. El pequeño Amin se echa a llorar y no entiende por qué la señora tan enfadada le culpa de algo que no tiene nada que ver con él. Menos mal
que Unai descubre el monedero en el suelo y Timo echa a correr para recogerlo con su boca. Unai se la entrega a su dueña. El pobre Amin ha pasado un susto enorme y los tres hermanos le dan un gran abrazo. Se despiden hasta otro día.
He tenido el placer de leer en público este cuento, seleccionado para su publicación en el “Concurso de cuentos infantiles sin fronteras”, organizado en el barrio de Otxarkoaga de mi ciudad, Bilbao. Un año más la Asociación Txirula Kultur Taldea ha hecho el esfuerzo de convocar este concurso para promocionar la creación literaria y fomentar valores con el ideal de “otro mundo es posible”.