Sócrates en el Regreso de Hermes a Atenas.
Sócrates en el Regreso de Hermes a Atenas.
Un eje importante del Regreso de Hermes a Atenas es la filosofía y, especialmente, la figura de Sócrates. En la novela es un hombre joven, que destaca en el Ágora en diálogo con los sofistas. No se indica la fecha exacta, pero sí algunos indicios que la sitúan antes de la Guerra del Peloponeso, en el entorno del 435 a.C. Los sofistas están en auge en Atenas para cubrir las necesidades de los ciudadanos que desean intervenir en política y necesitan formarse en conocimientos básicos de cultura. La orientación de Sócrates es diferente y nos dejará el legado del valor del diálogo y de que lo más valioso que nosotros poseemos es el alma. Nuestra tarea es cuidarla. A diferencia de la filosofía anterior centrada en el estudio de la naturaleza, Sócrates da un giro a los interrogantes más vitales y se preocupa por la esencia del ser humano. En la novela, Paladio, Hermes y Filipo dialogan con él y siguen con expectación sus encuentros con sofistas o escritores de comedias, como el joven Aristófanes.
Las diferentes conversaciones que los protagonistas tienen con Sócrates muestran un tema clave: la armonía interior. Si en la primera novela, Hermes en Atenas, la importancia de la armonía es una cuestión relevante, en esta segunda adquiere peso el valor de conocerse a sí mismo para lograr el equilibrio interior del alma.
La situación de Sócrates en la ciudad se irá complicando a medida que pasen los años y concluirá con su condena a muerte en el 399 a. C. Aunque estamos lejos de esa fecha, comienza a verse la animadversión contra los filósofos, como Sócrates o Anaxágoras, de mano de algunos políticos y comediógrafos en contra de las nuevas ideas. Su amistad con Pericles será otro ingrediente para ese caldo de cultivo que culminará en los procesos de impiedad.
Ágora de Atenas donde estaba el Consejo que condenó a Sócrates
