Piratas en el colegio. Cap. 7. Sankt Nikolaus
Piratas en el colegio. Cap. 7. Sankt Nikolaus
Ilustración de Jesús Delgado
Comentamos antes de Navidad que el viernes, día 5 de diciembre, Sankt Nikolaus había visitado el Kindergarten del Colegio Alemán de Bilbao y les había llevado regalos a los niños.
En nuestra pequeña historia, Sankt Nikolaus también visita el colegio. La profesora de Español les da la sorpresa. Los niños de G1 y G2 se reunirán en un aula grande para recibirlo. Javier y Pablo rápidamente piensan que es una buena oportunidad para contarle que en el colegio hay piratas.
-Le contamos que ya hemos visto tres, el del parche en el ojo, el que le falta un brazo y el cojo. Le explicamos que tienen un cuchillo escondido y un catalejo.
-Y que nosotros estamos buscando el tesoro porque seguramente lo han robado y lo tienen escondido. Se lo voy a decir a Noam y a Kirsten.
Los niños están nerviosos. La figura tan alta, el bastón, la barba blanca y el libro de oro que lleva son impresionantes. Los pequeños ya lo conocen porque les ha visitado en el Kinder. Sankt Nikolaus llega acompañado del profesor al que le falta un brazo. Ellos lo consideran uno de los piratas. Pablo y Javier van juntos a saludarlo con la intención de decirle que hay piratas en el colegio.
—Javier, Pablo.
Se levantaron y caminaron hasta donde estaba San Nicolás. Era muy alto, lo mismo que su bastón, que se curvaba al final. El libro de oro lo había dejado en la mesa. Les miró y les dijo:
—¡Seid brav! (¡Sed buenos!)
Tal y como habían pensando, se acercaron cada uno por un lado tratando de hablarle a la oreja. San Nicolás se quedó un poco sorprendido al ver que aquellos niños le decían algo de unos piratas. Los miró y se disponía a contestarles, cuando el subdirector del colegio que estaba un poquito más atrás viéndolo todo, se adelantó.
—Más rápido, que tienen que venir otros niños.
San Nicolás les dio la bolsa y a ellos no les quedó otro remedio que volver a su puesto sin dejar de mirar al pirata con el rabillo del ojo.
—Claro, como es uno de ellos, por eso nos ha echado rápidamente —dijo Pablo.
—Pero se lo hemos dicho. Ahora Sankt Nikolaus ya lo sabe.
No les han dejado hablar con él. ¡Claro, como el que le acompaña es un pirata!
Cuando termina el acto, la profesora les permite abrir la bolsa que les ha regalado. ¡Qué sorpresa: está llena de chocolates!