La carretilla. Platero y las palabras olvidadas

 

La carretilla

Ilustración de Elisa Amann

Audio 10. Platero puede. 1ª parte. Platero y las palabras olvidadas 

 

Los niños vuelven al arroyo para lavar la herida de Platero. De pronto escuchan una voz no muy lejana pidiendo ayuda. A pocos metros de allí encuentran a una niña llorando desconsolada. La carretilla con fruta se ha atascado entre las piedras del arroyo y la niña tiene que llevarla al pueblo.

Los niños quieren ayudar y, enseguida, piensan que Platero podrá sacarla si le enganchan una cuerda. La niña chica tiene una en la cabaña y corre a buscarla. Mientras esperan su vuelta, Araitz le pregunta cómo se llama y le explica que juegan con él y le llaman de formas diferentes. La niña se llama Carmencilla:

-Pues yo le digo: ¡Platero! ¡Platerón! ¡Platerillo! ¡Platerete! ¡Platerucho! -siguió Rociillo-. Dile tú algo también.

La niña de la carretilla ya se había calmado y se reía al escuchar los nombres de Platero.

-A ver si se me ocurre. ¡Ah, ya sé: ¡Plateruchillo, mi amiguillo!

-¡Mi amiguillo! ¡Qué bonito!-continuó Araitz-. Yo quiero que sea mi amiguillo. ¡Platerito, bonito! ¡Plateruchillo, mi amiguillo! –le decía como acababa de llamarle Carmencilla.

Cuando vuelve la niña chica con la cuerda, atan un cabo a Platero y otro a la carretilla. Todos están muy excitados:

-¡Arre, Platerillo! ¡Sácala, que tú puedes!

Y Platero, bajando la cabeza como si cogiera fuerza, dio un paso adelante y la carretilla salió del arroyo, sin que se cayeran los albérchigos.

-¡Bravo! ¡Bravo! ¡Lo has conseguido! ¡Has podido! -gritaba Rociillo.

-¡Has ganado! -decía la niña chica-. Platero siempre gana.

Platero siempre gana. Cuando lleguemos al final de cuento verás que esta idea de que Platero puede, Platero siempre gana es importante. Platero les da fuerza a los niños para que creen nombres y así hace justo lo contrario que la ladrona de palabras, la enfermedad que tienen los pequeños.

 Escucha este capítulo: XXXVII

Audio La carretilla, Platero y yo

 

> Ahora te toca a ti:

Has escuchado el texto que inspira el de Platero y las palabras olvidadas. Aquí ya sabemos que la carretilla lleva albérchigos; en Platero y yo, es un niño el que vende albérchigos (LIII) y la niña de la carretilla lleva otra fruta.

¿Qué fruta es?

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *