2 Los niños conocen a Platero. Platero y las palabras olvidadas

AMIGOS DE PLATERO


Platero

Audio 2. Los niños conocen a Platero. Platero y las palabras olvidadas

 

Los pequeños han pasado la primera noche en el hotel, muy cansados del largo viaje. A la mañana los tres hermanos salen a buscar a Platero. Unai lleva una pelota para jugar. Mientras caminan entre los altos pinos, el pequeño tira la pelota tan lejos que desaparece. Ixone se enfada con él.

Ilustración de Elisa Amann

En medio del campo ven a una niña y se acercan para preguntarle por la pelota perdida. Ella les dice que se llama Rocío, que les ayudará a buscarla y que esperen un poco mientras va a recoger a Platero. Los niños se quedan asombrados al escuchar cómo lo llama:

—¡Platero! ¡Platerete!

Platero enseguida acude a la llamada de Rocío.

—¿Le llamas Platerete? —preguntó Ixone.

—Se llama Platero, pero la niña chica y yo le llamamos: Platero, Platerón, Platerillo, Platerete y Platerucho. Nos obedece de todas formas.

En el cuento, los niños juegan creando nombres para Platero y, como ya iremos viendo, este juego es muy importante para ellos.

Estos nombres de Platero están inspirados en una página que Juan Ramón dedica a La niña chica. Esta pequeña era amiga de Platero y lo llamaba con todas las variaciones mimosas de su nombre: “¡Platero! ¡Platerón! ¡Platerillo! ¡Platerete! ¡Platerucho!”.

 

Ilustración de Elisa Amann

El poeta escribe un texto precioso sobre La niña chica. Es un poco triste porque la pequeña muere. En aquel tiempo, cuando Juan Ramón escribe Platero y yo, morían muchos niños. Entonces no había antibióticos, ni otras medicinas que pudieran curarles de algunas enfermedades.

            Platero es como un niño, pero no va al cole. El capítulo VI se titula La miga, lo que quiere decir colegio para niños pequeños, párvulos, se decía antes. Nos tenemos que imaginar a Platero en ese colegio:

¿En qué sillita te ibas a sentar tú, en qué mesa ibas tú a escribir, qué cartilla ni qué pluma te bastarían, en qué lugar del corro ibas a cantar, di, el Credo?

No, Platero no va al colegio; va al campo.

  Audio 2. La miga, Platero y yo

 

           Y ahora te toca a ti:

Escribe el poeta

No, Platero, no. Vente tú conmigo. Yo te enseñaré ……….y……….. Y no se reirán de ti como de un niño torpón, ni te pondrán, cual si fueras lo que ellos llaman un burro, el gorro de los ojos grandes ribeteados de añil y almagra, como los de las barcas del río, con dos orejas dobles que las tuyas.

¿Qué le enseñará a Platero?

 

Rellena los huecos del párrafo.

 

 

 

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