El misterio del cisne negro. Rara avis. Cap. 3. Una buena pista
El misterio del cisne negro. Rara avis. Cap. 3. Una buena pista
Ilustración de Jesús Delgado
Nuestros amigos han iniciado la búsqueda. Como buenos investigadores, se hacen preguntas y son muy observadores. No se les ha escapado que el autor del libro que se le ha caído a la señora, al salir de la mediateca, es de un escritor que se llama Pablo Bilbao. No lo conocen, pero han pensado preguntar a la profesora de Lengua, Carmen, muy querida por todos.
En el recreo, deciden contar a sus compañeras Kirsten, Gabriele y María, el nuevo misterio que tienen entre manos. Kirsten y Gabriele son alemanas y, aunque hablan muy bien español, arrastran las erres y su pronunciación es graciosa. Se llevan estupendamente. Cuando eran más pequeños, encontraron el tesoro de los piratas camuflados en el colegio; ahora ya tenían ocho años. Todos van al encuentro de la profesora Carmen y le preguntan si conoce a Pablo Bilbao:
—¡Claro que lo conocí! Fue un poeta, un escritor. Ya ha muerto, pero yo tuve ocasión de conocerlo personalmente en la iglesia de San Vicente, donde iba mucho, porque era su parroquia.
Les da la pista de que vivía en la calle Colón de Larreátegui y ellos enseguida reconocen que coincide con el remite abreviado de la carta encontrada. Aunque el señor ya ha muerto, deciden ir a buscar el piso donde vivió por si algún familiar puede darles una noticia de Peru. Se despiden de ella. ¿Encontrarán allí algún nuevo indicio como sospechan?
Mientras lo descubren, te voy a contar algo sobre Pablo Bilbao. Don Pablo, como le llamábamos los que lo conocimos, era una persona exquisita, de una gran sensibilidad.
Pablo Bilbao con el compositor Jesús Guridi , 1951
Fue sacerdote, escritor, poeta, gran amante de la música y tocaba el piano muy bien. Asistía a los conciertos de la ciudad, sobre todo, a la Filarmónica de Bilbao. Admiró profundamente a Juan Ramón Jiménez y lo visitó en Madrid, en el año 1936, junto con su amigo también poeta Jaime Delclaux. Juan Ramón les dedicó su libro La estación total, con una bellísima dedicatoria.
El próximo día acompañaremos a nuestros amigos en la visita que hacen a su casa.